Casi todos los cuentos que he escrito pertenecen al género llamado fantástico por falta de mejor nombre, y se oponen a ese falso realismo que consiste en creer que todas las cosas pueden describirse y explicarse (…) dentro de un mundo regido más o menos armoniosamente por un sistema de leyes, de principios, de relaciones de causa y efecto, de psicologías definidas, de geografía bien cartografiadas.
Julio Cortazar – Aspectos del cuento.



En los cuentos de Cortazar se puede encontrar una variedad de temas, desde el proceso de ponerse un polerón en la mañana, la historia de un adolescente hospitalizado, hasta un accidente en una motocicleta. Y es que el escritor no tiene una fijación con un tema en especial sino que en su escritura convierte en un tema cualquier episodio de la vida cotidiana. Revisaremos algunos de sus cuentos para fijarnos en cómo aborda la variedad de temas que en ellos se tratan.

Un ejemplo del tratamiento de la cotidianeidad es en el cuento “No se culpe a nadie” donde relata detalladamente como un personaje anónimo se viste en la mañana, poniendo especial atención en los movimientos, sensaciones y pensamientos del personaje mientras realiza este acto; en este relato se puede apreciar que más que el hecho relatado en sí se destaca la forma en que es contado: situándose en la conciencia del narrador, poniendo especial atención en los mínimos detalles de modo que un hecho trivial se transforma en algo complejo y extraño a los ojos del lector.
“a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya”

En este relato el autor al introducir el relato desde la conciencia caótica del narrador personaje que ralentiza el acto, e introduce un detalle inexplicable que forma parte de la misma realidad produce extrañamiento, generando la tensión que transforma la realidad cotidiana en una realidad fantástica.

Asimismo relata detalladamente otras acciones humanas de la cotidianeidad en sus “Instrucciones para subir una escalera” e “Instrucciones para llorar” donde paso a paso describe técnicamente el cómo se realizan estos procedimientos, tal vez ironizando sobre el modo mecánico e inconsciente en que los realizamos para llamar la atención sobre ellos, produciendo un extrañamiento mediante la lógica técnica y causal con que dichos actos son tratados por un narrador que imita a un autor de un manual.

Otra deformación de la realidad se ve en el cuento “Casa tomada”, donde pese a que la narración sigue un flujo normal – un narrador personaje en estilo directo – y que aparentemente la historia se centra en una realidad cotidiana de una casa donde viven dos adultos, el narrador llama la atención sobre ella por medio de los silencios – lo implícito que no se relata - dejando al lector en el suspenso de no saber quienes se toman la casa y de que naturaleza son estos seres u objetos que infunden miedo en los personajes. Del mismo modo en el cuento “Después del almuerzo” Se cuenta un episodio trivial en la vida de un muchacho que saca a pasear a “él” relatándonos desde el punto de vista de narrador protagonista los pormenores de este paseo – describiendo calles y episodios - y las sensaciones que le producen algunas circunstancias, relato que a simple vista parece aburrido pero que mantiene al lector en la duda de Quién es ese a quien saca a pasear, sin saber si es un perro, un anciano, un niño, etc.

También en alguno de sus cuentos Cortazar llama la atención sobre actos cotidianos o protocolares. Como es el caso de “Conducta en los velorios” en donde un narrador en primera persona y en un estilo indirecto relata los pormenores de un velorio desnudando “las formas más solapadas de la hipocresía”, relatando las conversaciones frívolas que se dan en el velorio, los llantos explosivos y sin motivo, la especie de competencia sobre quien sufre más; descubriendo al lector una cotidianeidad absurda.

En el cuento “La señorita Cora” se puede encontrar otra de las maneras de llamar la atención sobre un hecho trivial como es la estadía en un hospital y las actividades que allí se realizan: examinaciones, tomas de temperatura, aplicación de inyecciones, operaciones etc. El autor nos presenta la historia por medio de múltiples voces que se confunden entre sí en el relato y que el lector debe diferenciar para poder construir la estructura lógica de lo que se está contando. Se pueden distinguir al menos cuatro narradores en el cuento: la madre de Pablo, Pablo, la señorita Cora y el Dr. Marcial que van dirigiéndose al lector abruptamente a veces solo separados unos de otros por un signo de puntuación.
Hasta tuve tiempo de echarle un vistazo al termómetro antes de que viniera a buscarlo.] [ "Pero tengo muchísima fiebre", me dijo como asustado. Era fatal, siempre seré la misma estúpida, por evitarle el mal momento le doy el termómetro y naturalmente el muy chiquilín no pierde tiempo en enterarse de que está volando de fiebre


En este fragmento puede ejemplificarse cómo hay un cambio repentino de narrador, donde en dos puntos de vista se da cuenta del mismo hecho. Esto se repite a lo largo del cuento produciendo que el lector esté atento a las distintas voces que le van relevando el avance de la historia hasta llegar a su fatal desenlace.

También Cortazar produce una alteración de la realidad al desdibujar los límites en los lo real y lo que no lo es. Es así como en “La noche boca arriba” mediante la narración de dos relatos conjuntos: el de una situación concreta que le ha acontecido al protagonista y el relato del sueño del mismo, se produce una confusión entre el sueño y la vigilia. Del mismo modo en “La continuidad de los parques” el narrador llama la atención sobre unos objetos de la realidad: el hombre leyendo una novela, el sillón de terciopelo, para luego mediante estos elementos mezclar la realidad del hombre que está leyendo y de lo que acontece en la novela leída. Mediante este juego narrativo se buscar llamar la atención del lector que queda perplejo al no poder reconstruir la lógica que debiera separar ambas realidades.

En el ensayo “Aspectos del cuento” Julio Cortazar explica su concepción de lo que debe ser, lo que debe tratarse y cómo debe ser tratado en un cuento lo que ayuda a comprender la lógica de sus relatos. Compara la fotografía y el cuento en cuanto deben extraerse fragmentos de la realidad que sean significativos de modo que puedan expandir la entrada a una realidad mucho más amplia.
No es malo por el tema, porque en literatura no hay temas buenos ni temas malos, solamente hay un buen o un mal tratamiento del tema (…)Un cuento es significativo cuando quiebra sus propios límites con esa explosión de energía espiritual que ilumina bruscamente algo que va mucho más allá de la pequeña y a veces miserable anécdota que cuenta.

Según palabras del autor no vendría siendo el tema del cuento el importante, ya que – como se puede leer en los cuentos comentados – se puede hablar de temas triviales que no encierran grandes hechos o historias en sí, siempre y cuando sean bien tratados por el autor de modo que sean significativos. La finalidad de esto es romper lo cotidiano, descubrir esa realidad más amplia que está más allá de la anécdota, el abrir desde el mundo pequeño de la individualidad a un mundo más grande hacia las cuestiones universales y la esencia de lo humano.

De este modo el autor por medio de la complejidad con que presenta las narraciones llama a que el lector sea activo en la construcción del significado y la lógica que ordena los relatos, con lo que está proponiendo al lector que se interne en esta visión más amplia de la realidad, de modo que al extrañarse de la realidad compleja propuesta por los cuentos se enriquece la visión de que se tiene de la propia realidad, invitando a reflexionar sobre aquellos aspectos que se encuentran en una superrealidad yendo hacia la esencia de los hechos o los actos cotidianos para encontrar un significado o una explicación de los mismos.

Esto se logra en los cuentos de Cortazar mediante el detalle que llama la atención sobre algo, mediante el silencio que genera suspenso, mediante la confusión de varias voces que piden reconstruir u relato, o mediante un narrador que nos presenta una realidad alterada que logra captar la atención del lector manteniendo la tensión que atrae a querer conocer el desenlace que muchas veces no es aclarado dejando al lector en la perplejidad.

0 comentarios: